domingo, 6 de mayo de 2007

Ourense


Como viene siendo el modus operandi habitual en Alimañas Racing, unos pocos días antes del rally de tierra de Ourense nos planteamos Spect y Yorchs que a lo mejor era buena idea irse a cunetear por allí, así que el día antes del rally (no se hacen planes que luego salen mal) acabamos de engañar a Dacofi y a Brito, cosa que tampoco nos costó mucho trabajo, y enfilamos para tierras Ourensanas.

Después de echar unas cabezadas en el coche, que algunos íbamos casi de empalmada, mientras Spect le sacaba una biela por un costao al C4, llegamos a los tramos, tarde como casi siempre, así que aparcamos a la entrada, donde nos mostraron los señoritos beneméritos y, armados de nevera, bandera berciana y esquema de los tramos, comenzamos la navegación en busca de una buena cuneta.

Llegamos a una escuadra a izquierdas en las que los 4WD escarbaban como para sacar patatas y los dos ruedas motrices no es que escarbaran tanto pero pasaban endemoniaos, que la curva fuera cuesta abajo a lo mejor tenía algo que ver. Asentados en la cuneta, en precario equilibrio entre el talud y las urces, Dacofi, reportero no oficial de Alimañas Racing, hacía fotos de Brito en las que aparecían coches de fondo ("Brito quítate, cojones, que sólo salen tus narices"), mientras recibía repetidas llamadas de su hermano y compañía, que no eran capaces de encontrarnos.

Así fue pasando el tramo de la mañana sin nada especialmente significativo, aparte de un paso de rueda perdido por uno de los EVO y la muchachada de Toén que llegó a media mañana, campo a través, montados en sus todo terreno, y que se sentaron a ver el rally y a beber de la bota de vino y a decir chanzas, como corresponde a los hombres honraos que trabajan con las manos (no como esos chavales de ahora que son todos unos gambiteros).

Acabado el tramo de la mañana, y con el hermano de Dacofi y compañía arribados a buen puerto al fin, nos dirigimos al tramo de la tarde, por llamarlo de alguna manera, porque más bien cambiamos de sitio en el mismo tramo. Después de mucho andar y darnos voces los unos a los otros, llegamos a una horquilla a izquierdas como mandan los cánones, con un buen talud, un camino llano para poner la mesa de rallys y una buena sombra, estábamos tan a cuerpo de rey que la marcamos como tierra conquistada. Allí si que lo pasamos como enanos, comiendo polvo, que es a lo que se va a los rallys de tierra, y acabando llenos de mierda, señal de que habíamos disfrutado como dios manda. Después de una pasada bastante más corta que la de la mañana, porque el rally había sido una criba cojonuda, acabamos totalmente cubiertos de tierra y con más sed que los niños de las minas de Viafra, así que apuramos la bebida que quedaba y recogimos el campamento.

Quedaba todavía la peor parte, desandar todo el camino andado por el tramo, que no era nada fácil entre el agotamiento acumulado y los escarpados caminos de los piñeiros ourensanos, pero tras una larga caminata, y un par de amagos de robar las señalizaciones -al final no lo hicimos, que en el fondo somos gente responsable- llegamos a los coches. Hechos unos zorros pero encantados, como siempre, volvimos a casa con otro rally más en la saca.

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